Es una molestia despertar y tener que aguantar la salida del sol en el horizonte y el sonido de las olas del mar aturdiendo los oidos.
Después tener que elegir alguno de los siete diferentes licuados, y por si fuera poco, decidir entre hot cakes, fruta, cereal, huevo o algún tipo de carne, y el colmo es la posibilidad de todas las anteriores.
Un rato más tarde, tener que caminar por la playa con el sol pegando de frente, el agua fria golpeando los pies y el arena pegándose en la piel. Es un espectáculo grotesco. Eso aparte de la gente diciéndote buenos días como si te conocieran... ya no hay respeto.
A mediodía tener que llenarte de bloqueador porque el sol ya está tostándote la piel... se siente uno en el mismísimo infierno dentro de la alberca... y si a eso le agregas tener que responderle al bar tender cuál de los 20 tipos de bebidas quieres... me quieren matar de stress!
Y por si todo eso fuera poco, al anochecer hay que elegir a cuál de los restaurantes de especialidades iremos a cenar... de plano no sé qué se pretenden obligándolo a uno a tanta decisión, se supone que se va a descansar pero resulta que todo lo contrario... pero a final de cuentas uno lo hace por amor.
Y eso fue toooodos los días...
- (pics: semana 1 de honey moon - cancún - agosto 2007).
- (nótese el sarcasmo).
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